Rubén Mora Gutiérrez Poeta Guerrerense | Gotitas Historico Culturales.

Por Rubén Darío Píza Romano

Nació en Cuautepec el 31 de agosto de 1910 y falleció en Chilpancingo el 22 de junio de 1958.

El Lic. Juan Pablo Leyva y Córdova dijo:” Rubén Mora es el Ave Cantora de Guerrero. Costeño franco y sin reservas de gracia cuautepeca y verso sin cojeras. Inclinó siempre, con la delicada pero incontrastable fuerza del girasol, su Arco y su Lira a la tierra guerrerense y al hacerlo, brotó de su armoniosa voz la denuncia del cruel sufrimiento, del hambre, de la tragedia, del dramatismo rural de su amado pueblo de Guerrero…”

Sus poemas describen el paisaje, las costumbres, las expresiones vernáculas, el amor, el patriotismo, en fin, versos descriptivos que expresan el sentir del costeño en sus propias palabras.

Hoy recordamos un aniversario más del natalicio del bardo de la poesía en gran contenido vernácula como: Canto Criollo, Costa, La Potranquita entre otras.


COSTA

Costa jocunda y risueña, como puede ser la costa: mujer de cintura angosta de ardiente carne trigueña; dentro de tu alma costeña plantó su feria la vida; tu sangre es llama encendida; tu carne es carne de anona; “güeles” como hembra sazona bañada en agua florida.

Un cielo hay en tus ojeras y de tu pecho bendito, mana el licor exquisito que producen las palmeras; tejieron las primaveras tus enaguas de esmeralda e hicieron con la guirnalda de una y otra florecilla, un tápalo de Sevilla que te abraza por la espalda.

Entre tus labios maduros, la chilena se alborota y la alegría se te bota de los ojazos obscuros; bailas bailares impuros, amas impuros amores y en tus besos impostores de sabor indefinible hay un sabor imposible de un fandango de sabores.

Costa valiente y bizarra, tierra de fiesta y boruca donde el macho se acurruca junto a la hembra que lo amarra y arranca con su guitarra blancos luceros del cielo que en la noche de tu pelo son flores de palo de arco, encajadas en un marco de fondo de terciopelo.

Costa de sangre mulata, de toros, naipes y gallos de amores y de caballos en que derrochas tu plata, tú tienes una piñata de cosas de gran valía; pero ninguna podría producir más emociones que el cantar de tus canciones y el reir de tu alegría.

México, D.F. enero de 1935.