Aleida Alarcón
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La corrupción, concebida el acto de corromperse o corromper, es un acto humano que denigra la vida pública en todos los sectores económicos y de desarrollo, seguimos hablando de ello porque se ha agudizado.
Las sociedades por la naturaleza del tiempo y la evolución de esta han dado grandes avances y reveses que la misma historia nos pone de ejemplos sobre el acto de colocar el poder para obtener beneficios a partir de la posición de poder.
En el sistema político mundial, la corrupción ha sido descubierta a tales niveles que el asombro ya no es mermado en la ciudadanía, porque como la violencia se ha normalizado y coloco ahora mismo la duda: ¿se normaliza?, ¿se culturaliza la corrupción?, ya que es síntoma de oportunidad para el enriquecimiento ilícito de todos aquellos que accedan al poder sin llevar esos ideales que a la humanidad originó en gobierno; la búsqueda de la justicia y la igualdad también.
Nuevamente el INEGI muestra sus resultados sobre la percepción social de la corrupción, donde señala que el aumento de esta acción ha incrementado en 8 estado del país, Chihuahua 110.8%, Baja California Sur 101.4%, Tlaxcala 73%, Colima 64.7%, Querétaro 46.3%, Hidalgo 40.2%, Tamaulipas 38.2% y Guerrero 37.3%.
En Guerrero, de acuerdo estudios anteriores en sus datos el INEGI muestra un resultado de percepción del 93% de corrupción, esto nos indica que 9 de cada 10 guerrerenses dicen que los gobiernos son corruptos.
La corrupción merma en todos los ámbitos, pero uno que ha estado dañando irreversiblemente al país y sobre todo a nuestra entidad, es el tema de la Educación, asunto medular para la evolución y existencia de la democracia de nuestra sociedad, porque la educación es la piedra angular de nuestra identidad y hoy también gracias a la corrupción se presenten “paros laborales” en el estado, de trabajadores de la Fiscalía en Guerrero y un sinfín de manifestaciones en las cuales la corrupción, está inmersa como factor.
Sigamos construyendo ciudadanía…