Por Fernando Vargas Lozano

Este 2 de julio se cumplió el primer aniversario del arrasador triunfo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república, así como de la mayoría de diputados federales y senadores, con lo cual lograba el inédito hecho de mantener una hegemonía completa en el poder ejecutivo y legislativo máximo del país.

Antes que cualquier otro punto de los factores a analizar, hay que ser honestos: México estaría peor si López Obrador no hubiera ganado. Se habría dado una enorme molestia colectiva que habría traído fatales consecuencias.

El desorden social sería de enormes dimensiones; utilizando las propias palabras de AMLO: el tigre estaría suelto, y muy difícilmente lo podrían regresar a su jaula.

¿Qué es lo que se quiere decir? Que el descontento entre la ciudadanía era tan grande que logró llevar a las urnas a 30 millones de personas para que votaran por él, con lo cual obtenía el 53% de los votos emitidos en la jornada electoral de esa fecha.

Ahora bien, partiendo de que México estaría convulsionado socialmente, ¿qué es lo que ha sucedido en este año desde su triunfo?

EL PREVIO.- Sin duda es un lapso interesantísimo de cogobierno que permitió el entonces presidente de México Enrique Peña Nieto. Sin regateos, autorizó que el presidente electo y sus designados participaran no sólo en conocer la información interna de cada dependencia, programa y acción gubernamental, sino también en la toma de decisiones de esos momentos que tendrían repercusiones ya cuando estuvieran en funciones, como se dice, ocurrió en el caso de la escasez de gasolina y la lucha o guerra contra el huachicoleo.

En una medida de desconfianza constante, los presupuestos, compras, terminación de obras y demás acciones en las que se tuviera que ver con recursos públicos, la indicación del gobierno electo era que se autorizara lo mínimo con el fin de evitar desvíos y despilfarros que sospechaban era susceptible que estuvieran ocurriendo como parte de la galopante corrupción que caracterizó a la administración peñista.

YA GOBIERNO.- A partir del 1 de diciembre de 2018, ya como gobierno en funciones, esta administración se ha caracterizado por impulsar sus principales proyectos: programas sociales y obras magnas como el aeropuerto Santa Lucía, el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, principalmente.

Para ello pasó por la cancelación del aeropuerto de Texcoco que iba en un 40% de avance, se frenó la adquisición de medicamentos e importación de gasolina, generando un desabasto natural con ello. Se realizan recortes de personal de manera constante, así como del presupuesto en áreas estratégicas como son CONACYT y CONACULTA.

Es pues una recomposición desde el punto de vista del actual presidente de México en su búsqueda por generar sus propias estructuras de gobierno, de funcionamiento y operación.

Es poco el tiempo para poder emitir un juicio duradero sobre la forma de gobierno, pero de lo que sí podemos estar seguros es que el viraje es ineludible, la pregunta hasta este momento es si será hacia el sitio correcto o no. El tiempo nos lo dirá.

EN CORTO.- EL FACTOR LUIS WALTON.- Este mes será de especial relevancia en el camino hacia el 2021. Si se concreta la separación oficial de Luis Walton del partido Movimiento Ciudadano, como se especula puede ocurrir a mitad de julio, se estará dando un primer paso en la intención de unir varias corrientes en torno Luis Walton para buscar la candidatura a gobernador, con la clara intención de que ésta se de a través de Morena, el partido que en estos momentos tendría garantizado el triunfo electoral en Guerrero.

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