Turismo Médico

DRA. MARICELA LÓPEZ TREJO

El turismo médico tiene antecedentes que se remontan a la antigüedad: Los viajes a la antigua Grecia, los templos dedicados a Asclepio, Dios de la medicina, eran destinos de peregrinación donde los enfermos buscaban curación. También se realizaban viajes a lugares con aguas termales o manantiales considerados curativos, como los baños romanos. En Siglo XVIII y XIX**: Durante este período, los europeos de clase alta a menudo viajaban a climas más cálidos para tratar diversas afecciones médicas, como la tuberculosis.

Este fenómeno, conocido como “turismo de salud”, se popularizó especialmente entre los británicos que viajaban a climas mediterráneos y costeros en busca de mejoras en su salud.

En el  Siglo XX: Con los avances en la medicina moderna y el desarrollo de la aviación comercial, el turismo médico comenzó a tomar forma en el siglo XX. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, se establecieron hospitales y clínicas especializados para tratar a soldados heridos y se desarrollaron relaciones entre países para proporcionar atención médica a extranjeros.

En Década de 1980 y 1990**: Se observó un aumento significativo en el turismo médico debido a la disponibilidad de tratamientos especializados y tecnología médica avanzada en ciertos países, junto con una creciente disparidad en los costos de atención médica entre diferentes regiones. Esto llevó a un aumento en los viajes internacionales para recibir tratamientos médicos, particularmente en áreas como cirugía plástica, odontología, fertilidad y cirugía cardíaca.

En el Siglo XXI**: El turismo médico ha experimentado un crecimiento continuo y una mayor diversificación en el siglo XXI. Los avances en la comunicación y la conectividad han facilitado la búsqueda de información sobre opciones de tratamiento en el extranjero, y se han desarrollado servicios especializados para facilitar estos viajes, como agencias de turismo médico y facilitadores de atención médica internacional. Además, la globalización ha llevado a una mayor cooperación entre países en términos de intercambio de pacientes y conocimientos médicos.

El turismo de cirugía plástica es una forma específica de turismo médico en la que las personas viajan a otros países o regiones para someterse a procedimientos cosméticos o reconstructivos con el objetivo de mejorar su apariencia física. Este tipo de turismo ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas debido a varios factores, como la disponibilidad de procedimientos a precios más accesibles en ciertos destinos, la búsqueda de cirujanos con reputación internacional, y en algunos casos, la privacidad y discreción que ofrecen los viajes al extranjero para someterse a cirugías estéticas.

Algunos de los procedimientos de cirugía plástica más comunes que atraen a los turistas médicos incluyen:

Cirugía de aumento mamario: Inserción de implantes mamarios para aumentar el tamaño y mejorar la forma de los senos.

Liposucción: Procedimiento para eliminar el exceso de grasa corporal mediante la aspiración.

Rinoplastia: Cirugía para modificar la forma y el tamaño de la nariz con fines estéticos o funcionales.

Blefaroplastia: Cirugía de párpados para corregir el exceso de piel y las bolsas bajo los ojos.

Abdominoplastia: También conocida como “cirugía de abdominoplastia”, consiste en eliminar el exceso de piel y grasa del abdomen para lograr un abdomen más plano y firme.

Cirugía facial: Incluye procedimientos como lifting facial, lifting de cuello, lifting de cejas, entre otros, para rejuvenecer la apariencia facial.

Los destinos populares para el turismo de cirugía plástica varían según la reputación de los cirujanos, la calidad de las instalaciones médicas y los costos. Algunos países que son conocidos por atraer a turistas de cirugía plástica incluyen Brasil, Tailandia, Corea del Sur, México, Turquía y Colombia, entre otros.

Entre los beneficios  que puede brindar una cirugía plástica pueden variar de una persona a otra y dependen de varios factores, incluidas las circunstancias individuales, las expectativas y la motivación para someterse al procedimiento.

Aumento de la autoestima: Para muchas personas, la cirugía plástica puede ayudar a mejorar su autoimagen y autoestima al abordar áreas de preocupación sobre su apariencia física. Al corregir características percibidas como defectos o imperfecciones, pueden sentirse más seguros y satisfechos con su apariencia, lo que puede tener un impacto positivo en su bienestar emocional y social.

Mejora de la confianza: Al sentirse más seguros y satisfechos con su apariencia física, algunas personas pueden experimentar un aumento en su confianza en sí mismas. Esto puede reflejarse en varios aspectos de sus vidas, incluidas las relaciones personales, profesionales y sociales, ya que pueden sentirse más seguros al interactuar con los demás.

Reducción de la ansiedad y la depresión: Para algunas personas, la cirugía plástica puede ayudar a reducir los sentimientos de ansiedad, depresión o malestar emocional asociados con la insatisfacción con su apariencia física. Al abordar áreas de preocupación y lograr cambios positivos en su aspecto, pueden experimentar una mejora en su estado de ánimo y bienestar psicológico.

Mayor satisfacción con la vida: Al lograr resultados satisfactorios con la cirugía plástica, algunas personas pueden experimentar una mayor satisfacción con su vida en general. Sentirse más seguros y satisfechos con su apariencia física puede contribuir a una sensación de bienestar y felicidad en otros aspectos de sus vidas.

Motivación para el autocuidado: La experiencia de someterse a cirugía plástica puede motivar a algunas personas a adoptar un estilo de vida más saludable y centrado en el autocuidado. Pueden estar más motivados para mantener resultados positivos a través de hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y cuidado adecuado de la piel.

Un cirujano plástico calificado puede proporcionar asesoramiento y orientación sobre los beneficios, riesgos y limitaciones de los procedimientos cosméticos.