Geraldina Torreblanca Garza y Ramón Guillén García, convencidos de su amor y con el compromiso de querer formar una familia, se casaron.
Gloria Garza de Torreblanca y Alberto Torreblanca Galindo, papás de la novia; Margarita García de Guillén y Ramón Guillén Quevedo, papás del novio, estuvieron complacidos por unión de sus hijos, quienes eligieron Villa Alejandra para llevar a cabo su enlace matrimonial.
Bajo el compás del cuarteto de cuerdas desfiló la corte nupcial por el recinto donde se llevó cabo la ceremonia religiosa, encabezada por el apuesto novio acompañado de su mamá, seguido por los padrinos de arras, anillos y velación, que fueron los primos y amigos de Geraldina y Ramón, y finalizó con la presencia de la radiante novia luciendo y sencillo pero elegante vestido, y del brazo de su orgulloso papá caminó hasta el altar.
La celebración religiosa fue emotiva, el Padre Adolfo Pita Silva le habló sobre tres ejes para llevar a cabo un buen matrimonio: comunicación, respeto y confianza, todo eso apoyado en el amor que se profesan. Les pidió que siempre tuvieran a Dios en su matrimonio. Emocionados, los novios, hicieron sus votos jurándose amor y fidelidad en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte los separe.
Luego de la misa, los invitados pasaron a la recepción que inició con un coctel en el área de la alberca, para luego pasar al área de la playa y disfrutar de la suculenta cena y la alegre y divertida fiesta a la orilla del mar.
