Autora: Cecilia Elizabeth Mosso Lomelí
En la mañana cuando el sol renace
las células de cada cuerpo exclaman
la grata sensación de estar con vida
al presenciar su existencia humana.
Cautivando todos los sentidos
desde el plano mental de la galaxia
cada persona parece ser un niño
que permanece en este mundo por la gracia.
Toda mañana será siempre distinta
con latidos de un solo corazón
que entona un himno al firmamento
traduciéndose en gotas de ilusión.
Es que la sangre que fluye en la mañana
es abundancia de vida al despertar
respirando con fe por la membrana
de cada célula que irradia bienestar.
La mañana es la promesa divina
que nos invita con fuerza a renacer
al despertar pensando en la abundancia
que impulsa a continuar en nuestro ser.