La Seguridad Nacional, la Seguridad Pública y la Institucionalidad

ALEIDA ALARCÓN

aleidaad@outloo.com

 

Nuevamente nos encontramos en un nuevo ciclo electoral, cada sexenio; la sociedad permanece a la espera de “ese cambio” que prometen en campañas y que propagan en cada espacio publicitario físico, virtual y presencial.

Las mesas de trabajo serán las interminables propuestas para que la “ciudadanía” esté presente con el objetivo sobre la legitimidad propuestas políticas de los cambios que viviremos en los cambios de gobiernos locales, y los poderes legislativos y ejecutivo nacional, aún permanecemos esperando esos cambios, porque no se armoniza la percepción social sobre la eficiencia de políticas de gobierno correctas para mantener la estructura social.

El tema de prioridad nacional continúa siendo la Seguridad, o mejor escrito, la violencia en todas sus expresiones que no da tregua para la estabilidad del país.

El mando único, había sido una opción para atender, disminuir y erradicar la violencia; sin embargo, ¿cómo resarcir esa violencia?, si los actores involucrados del sistema nacional de seguridad (refiriéndome a todas las corporaciones policiales) son violentados, corruptibles y al interior le son irrespetados los derechos laborales a cada agrupamiento policial con salarios no eficientes, sin seguros de vida en algunos casos y el equipamiento obsoleto para otros menos, así también al no tener las óptimas condiciones de trabajo para cumplirle a la población; si los primeros respondientes de conductas antisociales y criminógenas, son precisamente los policías municipales y que son éstos, los primeros invisibilizados con una prestaciones de servicio social baja y la falta de voluntad política para tener estructuras e infraestructuras idóneas generando un sentido de pertenencia de cada policía que haga de su servicio un trabajo profesionalizado y de categoría, porque también en este sector urge la educación y capacitación al desarrollo humano propio.

Y no me refiero al protocolo de actuación que “debe” tener el policía con la sociedad y/o en su servicio; si no a su preparación y educación propiamente como ser humano, sus habilidades y capacidades vistas primero desde éste mismo.

La armonización es el camino a la profesionalización de las instituciones, “civiles” que están a cargo de la seguridad pública, una propuesta sería que cada policía municipal en el estado de Guerrero cuente con una capacitación y formación armonizada y sea el mando único en las entidades federativas a manera de coordinarse de manera eficiente en sus protocolos de actuación y sea tangible la “Coordinación del sistema de seguridad en Guerrero”, por ejemplo.

Porque vemos nuevamente como en el 2012, este rompimiento de las fuerzas publicas para el trabajo de territorio, los militares no se comparten información con los marinos, la policía estatal desconfía de la policía investigadora ministerial y viceversa, de la misma manera con los cuerpos policiacos municipales hacia estos mismos.

Esta falta de “coordinación” se debe siempre a la disposición política, y es que aun no se ha considerado esta postura, sobre la agenda de seguridad, que no debe tener colores de partidos y más aún, que no debe tomar posturas de uno u otro equipo de trabajo al interior del gobierno mismo según el respaldo “político” que se tenga a la institución.

México esta hecho de instituciones, y son instituciones exitosas, la seguridad nacional e interior, la seguridad pública dentro de la agenda de gobierno es una institución, no son partidos políticos, no son sindicatos, no son movimientos, es un conjunto de instituciones que tienen una ley a la cual obedecer.