Con Flojera y Confundida

Por Patricia Segovia T.

 

Estoy comenzando a tomar un diplomado para buscar ser una buena escritora.

 

El primer módulo fue sobre poesía. Me encanta. Admiro a muchos poetas y he escrito algunas “cosillas”, pero me cohíbe el exhibirlas pues temo caer en la cursilería más superlativa que pudiere existir. Creo que tengo dos razonablemente buenas, pero según mi “ticher”, están llenas de “lugares comunes” Escribí una sobre Acapulco y pensé en mandarla a “Presencia”, pero raro en mí, qué en ese rubro, soy “valiente”, le temí al ridículo. La otra  es “Playera rota”, comparando una prenda que solo se utiliza para dormir, no para presumir, que es útil, pero …  En fin, creo que desnuda momentos que no vale la pena exhibir.

 

Así, estuve pensando que mandar al “Punto de reunión de la sociedad acapulqueña”. Tal vez otra historia de alguna mujer, relacionada con una canción en cierto momento de su vida, pero tampoco me pareció buena idea.

 

¡Ya sé! Pensé, voy a abordar el tema de la elección del domingo pasado donde resulta que 12 de 100, ¡Es un éxito! Ya me imagino llegando con mi mamá gritando eufórica “Mamá,  saqué un 1.2 en el examen y no contesté varias preguntas, aun con el acordeón que me pegué en la bastilla de mi falda” Seguramente, habría estado calva un periodo prolongado.

 

También se me ocurrió abordar el pleito interno del partido en el poder, entre la alcaldesa, un diputado y una auditoria. Para mí, todo se reduce a presentar los comprobantes y ya.

Solo puedo agregar que “Para que la cuña apriete…”

 

En eso estaba cuando me entero que el pronóstico de crecimiento es de un 0.1% Resulta que eso también es un gran logro.

 

¿Y si relato algo del extraordinario concierto de la “Orquesta Filarmónica de Acapulco? El violín tocado con maestría por Mykyta Klochkov, hizo vibrar a todos los que tuvimos la oportunidad de asistir, disfrutar, vivir, esos grandiosos momentos. El arte es esencial en la existencia, pero ya he declarado públicamente mi gran amor a la O.F.A.

 

No acababa de decidir el tema cuando me entero que le dieron el premio “Princesa de Asturias” al “Museo Nacional de Antropología”. A mí, cualquier cosa, persona, entidad, institución mexicana que sea reconocida, me da mucho gusto, pero obvio, soy una señora anónima a la que le habría dado mucho gusto que la primera autoridad del país, diera las gracias, en lugar de decir que es “Un pasito, para que nos pidan perdón”

 

Tengo una terrible sospecha de que mi I.Q., es similar al porcentaje de votación del domingo, primero de junio de 2025, porque no puedo entender que “Los españoles, nos conquistaron, masacraron, exterminaron, saquearon” A mí, ¡No me hicieron nada! Me fascinan mis costumbres, comidas, música, animales, traídos de Europa y mezclado con los de los pueblos prehispánicos. Es más, sospecho que mi porción de sangre originaria, no es Azteca. Anda por los “Otomíes”, “Nahuas”, “Tepehuanos”. Me enorgullecen las pirámides, los centros ceremoniales, los juegos de pelota, al igual que las iglesias, castillos, conventos, casonas. Me gusta mucho mi idioma también y alguna vez, fui católica.

 

Tal vez debería haber   ahondado sobre mi intención inicial y decirle a Acapulco cuanto lo amo y que me duele mucho que le falten al respeto, pero que me siento impotente y quedo como una inúti, ante ese mal trato.

 

¿Y los maestros? Según yo, tienen un punto de razón al pedir que les cumplan las promesas de campaña de la actual primera mandataria, pero ella, también lo tiene al argumentar que no hay dinero suficiente, mientras tanto, la sociedad, que es mayoría es la única que padece, es la victima que tiene que generar para mantenerlos a ambos.

 

Estimado lector de Presencia, hasta aquí dejo de teclear.  Todos estos puntos enlistados, merecen análisis, profundidad, porque nos afectan a todos, de una, de otra o de todas las maneras posibles, pero ya me dio flojera, debido a lo confundida que me he quedado con tantos hilos sueltos al respecto.