¿Acapulco recuperado? | Editorial

A raíz de una declaración de la presidenta Claudia Sheinbaum, de que Acapulco estaba mejor que antes del Otis, y hacer énfasis de las condiciones actuales en la infraestructura hotelera y costera Miguel Alemán, se ha dado una especie de debate entre la gente del puerto.

Y sí, hay que analizarlo y verlo desde dos puntos de vista:

1.- Las empresas prestadoras de servicios turísticos, principalmente grandes hoteles y restauranteros. Para ellos, los que han invertido en su rehabilitación o nueva inversión, se concentran en que han abierto y comienzan a reactivarse. Para ellos, que dependen de una vía como la costera en buenas condiciones, sí podrían decir que estamos recuperándonos y agradecen constantemente a las autoridades los anuncios que realizan.

2..- Para el pequeño empresario, profesionista, que también perdió todo con el huracán, incluyendo la tranquilidad, se ha reinventado porque ha invertido solo, sin ayuda oficial y busca recuperarse sin conseguirlo, está agobiado con medidas absurdas como que tiene que pagar una licencia de construcción para reconstruir lo que la naturaleza le destruyó y no tenia contemplado ni presupuestado realizarlo. También se enfrenta a la normalizada inseguridad y falta de reactivación económica. Para este segmento la recuperación se ve lejana, muy lejana. Y tiene poco espacio, salvo redes sociales, para manifestar cómo se siente.

Por eso, es desproporcional como desde el poder, y no solo público, sino del privado y organizaciones, se maneja un mensaje oficialista de que Acapulco ya está mejor, que prácticamente está recuperado.

Dos factores nos podrán dar un poco de indicativos sobre qué realmente ocurre en nuestro Acapulco,. 1.- No se puede medir la recuperación del destino por cuartos de hotel, ya que dese hace años éstos van a la baja, mientras la oferta extrahotelera, es decir condominios, ya había rebasado el número de habitaciones hotelera, y en la actualidad distan mucho de estar recuperados, porque además de los problemas condominales, se suma la falta de una estrategia de apoyo oficial y sólo dependen del pago de sus seguros. Así que mínimo el 50% de lo que se ofertaba antes del Otis está cerrado.

2.- La aplicación de recursos públicos en obras sin planeación, dio como resultado que la zona de la bahía de Acapulco quedara fuera del mercado de los grandes congresos, convenciones y espectáculos, al destruir el Centro de Convenciones y aprovechando su estructura, construir un hospital que sigue sin terminarse a pesar de que su inauguración estaba programada para finales del año pasado. En cambio, se mencionan otras inversiones que no son tan importantes como recuperar un centro de convenciones, que realmente reactivaría la economía porteña.